Ufología: La Búsqueda de la Verdad

 

Ufología: La Búsqueda de la Verdad 

 

Imagen: Ilustración Juan Palma S.

La Ufología u Ovnilogía, es el campo de estudio de los objetos voladores no identificados (ovnis), siempre ha sido un terreno cargado de controversias y fascinación. A pesar de su atracción mediática, se encuentra atrapada en una maraña de Pseudociencia y escepticismo. En esta disciplina, conviven desde los escépticos más rigurosos hasta los autoproclamados “expertos”, aunque estos últimos suelen carecer del rigor académico necesario. Aquí se plantea el primer problema esencial: el caos en torno a una investigación que carece de consenso. Como resultado, cualquier teoría, por muy absurda que parezca, logra encontrar eco en algún rincón del discurso.

Imagen: https://www.instagram.com



Y es que, en este ámbito, los procesos científicos convencionales brillan por su ausencia. No se trata de revisión por pares, rigurosidad en las fuentes ni la meticulosidad que caracteriza a las ciencias duras. Aquí lo que prima es la figuración. No importa si un "investigador" aparece en un programa de radio esparciendo las teorías más inverosímiles o si la famosa "Isla Friendship" se convierte, de repente, en un archipiélago místico. Tampoco importa si el chupacabras ha cambiado su dieta por una vegetariana o si ahora prefiere un nuevo estilo de manicura. Lo esencial es que haya algo que contar, por absurdo que sea. Porque, en este entorno, la verdad es irrelevante; lo que realmente importa es figurar, tener una historia que resuene, aunque esté basada en una mentira grotesca.

Imagen: Ilustración Juan Palma S.



Ahora bien, aunque diez supuestos investigadores afirmen que el chupacabras es inofensivo, eso no lo convierte en verdad. Lo único cierto es que diez personas están repitiendo lo mismo, probablemente bajo un acuerdo tácito para sostener una narrativa pre-fabricada. No sería la primera vez que ocurre ni será la última. Es lamentable que, detrás de tales afirmaciones absurdas, lo único verdaderamente verificable sea el montaje colectivo de la farsa.



Lo más trágico de esta situación es que, en la sombra, existen investigadores genuinos. Personas que no buscan la fama, no lucran con estas investigaciones ni juegan con la fe de los demás. Su trabajo es serio, basado en el rigor, lejos de ser de  cartón, de teorías vacías y sin fundamento. Y, sin embargo, estos investigadores legítimos son continuamente ensuciados por las acciones de los charlatanes de siempre. Caen en el mismo saco, juzgados por la opinión pública que no distingue entre los auténticos y los farsantes. Para el público, todo investigador es un "chanta", un término que engloba a los falsos y carentes de rigor.



Lo más nefasto de todo esto es que la diferencia entre un verdadero investigador y un charlatán resulta casi invisible para el público. Mientras tanto, los charlatanes no tienen nada que perder. Pueden ser sorprendidos mintiendo, inventando casos fraudulentos, pero el espectáculo continúa. En este ámbito, el show nunca termina, porque lo importante no es la verdad, sino el entretenimiento. En la televisión, todo está permitido, y las mentiras más grotescas son vendidas al mejor postor, siempre bajo la promesa de una buena historia.

Imagen: Internet.


Si las conferencias lucrativas y el afán de figurar no existieran, es probable que este grupo de autoproclamados expertos desapareciera del mapa. Montar un fraude, revivir un caso antiguo con una explicación racional o construir una farsa no requiere esfuerzo intelectual. Sumergirse en la investigación profunda y seria, en cambio, demanda dedicación, algo que estos figurantes evitan a toda costa. Sus motivos son claros, aunque sus excusas resulten vagas y repetitivas.

 

Imagen: Fenómeno Ovni, gentileza Aquiles Castillo.


Curiosamente, no estamos ante un problema tecnológico o generacional. Los pioneros de la ufología, como Luis Riquelme, Aquiles Castillo, Luis Altamirano y Raúl Núñez  ya en los años ochenta y noventa manejaban bases de datos en modestos sistemas Atari, mucho antes de la llegada de internet. Con menos tecnología que la que llevamos en el bolsillo hoy día, estos investigadores lograban lo que muchos de los actuales “expertos” no hacen: trabajar con ética, dedicación y verdadero esfuerzo intelectual. Hoy, con todo el conocimiento al alcance de un “clic”, paradójicamente, el trabajo de campo casi ha desaparecido, al igual que la creación de publicaciones serias. Antes, hacer un fanzine costaba dinero, pero existían. Ahora se echan de menos boletines como "Fenómeno Ovni" o "La Nave de los Locos", que marcaron una diferencia entre la transgresora autentica investigación y la ufología de mercado.

Imagen: La nave de los locos


Y es que, antes, se investigaba por la necesidad de resolver incógnitas, no por el afán de figurar. Se hacía con sacrificio intelectual, no lanzando simples “prompts” a una inteligencia artificial para obtener resultados sin alma. Es aquí donde la esencia de la investigación se ha perdido. Hoy, en una era donde la tecnología ofrece oportunidades sin precedentes para realizar investigaciones rigurosas, lo que debería ser un campo fértil para la búsqueda de respuestas se ha convertido en un espectáculo vacío y sensacionalista. Se trata de vender una historia, de capturar la atención, sin importar el costo que esto tenga para la verdad.

Imagen: overdrive.com



La pregunta que debemos hacernos es: ¿Hacia dónde vamos? Si el fraude y la farsa dominan el panorama de la ufología, ¿Qué quedará del esfuerzo genuino de los verdaderos investigadores? Porque lo que debería ser una búsqueda de la verdad se ha transformado en un circo mediático, y la verdad misma ha quedado relegada a un segundo plano, enterrada bajo la avalancha de falsedades.



Imagen: Ilustración Juan Palma S.


Mis respetos van, como siempre, a aquellos investigadores que, sin importar el contexto, eligen el rigor y la ética. A aquellos que, desde un salón o en el campo, mantienen su compromiso con la verdad, en una lucha desigual contra la mentira y el espectáculo. Porque, en este mundo de apariencias y falsedades, ellos son los verdaderos guardianes de la investigación. No puedo decir lo mismo por los eternos figurantes, estos pertenecen mas al quintil de los parásitos intelectuales.

                                                                                                            Juan Palma Somarriva










Fuentes: 

https://www.overdrive.com/media/9927537/secretos-oscuros

https://www.instagram.com/p/C_rijYDsGfe/?locale=zh_tw&hl=ar

https://www.instagram.com/jeyp_74/

https://issuu.com/diegoazuniga/docs/la_nave_de_los_locos_09




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Analogía de la ufología según “El Hombre Mediocre” de José Ingenieros

30 años de The X-Files: Cómo la serie que cambió la televisión inspiró a una generación de buscadores de la verdad