El espejismo de la ciencia en la narrativa audiovisual ovni

 


Por Juan Palma S. y Juan Carlos Cabezas

Desde hace años observamos con atención cómo se construyen y difunden ciertos relatos en torno al fenómeno ovni en Chile. Como fotógrafo y profesor, y en el caso de Juan Carlos como artista gráfico y analista de imágenes, sabemos que cada Fotografía y video, cada encuadre y cada testimonio requieren ser tratados con rigor, porque de lo contrario se transforman en simple espectáculo. En un país con una tradición tan rica en observaciones aéreas y con un historial institucional en la materia, no podemos dejar de alarmarnos cuando algunos casos se presentan como “investigaciones científicas” sin cumplir los estándares básicos de transparencia, verificabilidad y pluralidad de hipótesis.

Imagen: UmagTV



La cápsula audiovisual que analizamos no es un hecho aislado, sino un síntoma de una tendencia creciente: el misterio se viste de ciencia para generar impacto mediático, mientras los datos duros permanecen ocultos. Esta práctica erosiona la credibilidad no solo de los investigadores, sino también de las instituciones que aparecen asociadas al caso. Por eso escribimos esta reflexión: no desde la negación del fenómeno, sino desde la convicción de que la única manera de avanzar hacia una comprensión seria es mediante la evidencia clara, replicable y honesta.

Hemos visto con atención, y con creciente inquietud, la cápsula en cuestión. Nuestra intención no es desacreditar por sistema, sino ejercer la crítica profesional que corresponde. Cuando la espectacularidad mediática suplanta el método y los soportes verificables, el resultado no es más conocimiento, sino reputación perdida y sospechas legítimas. A continuación, exponemos los puntos que consideramos esenciales para evidenciar las carencias del relato y cómo estas debilitan cualquier pretensión de seriedad investigativa.

Imagen: Informe de los autores



1) La hipótesis alternativa de Marcelo Moya: un silencio inexplicable

Resulta sorprendente que la pieza omita por completo la hipótesis planteada por Marcelo Moya, un investigador con trayectoria visible en el ámbito ovni nacional. Su presencia pública y su constante análisis de casos en distintos espacios lo convierten en un referente cuya mirada merecía al menos ser considerada y discutida. Omitir su propuesta no es un descuido menor: es un sesgo que convierte la investigación en un monólogo interpretativo. Una verdadera aproximación científica no descarta hipótesis por omisión, sino por refutación técnica y argumentada.

2) El envoltorio institucional no sustituye al método

La mención de una universidad en pantalla pretende dotar de seriedad al relato, pero sin protocolos de acceso a datos primarios ni revisión independiente, la presencia institucional se reduce a un recurso estético. En Chile existe el SEFAA/CEFAA, un organismo que justamente marca la diferencia al publicar reportes, metodologías y conclusiones revisables. Si no se aplican estándares equivalentes, la simple invocación de una universidad lejos de blindar el caso lo contamina, comprometiendo su imagen y la de la institución.

3) Dos informes y un conflicto de intereses latente

Otro aspecto inquietante es que el caso se construya en torno a solo dos informes, ambos estrechamente relacionados con el propio conductor de la cápsula. En un país donde circulan decenas de reportes cada año y donde abundan investigadores con voluntad de análisis, la pregunta es inevitable: ¿por qué solo dos, y por qué justamente esos? La ausencia de trazabilidad y la selección reducida alimentan la sospecha de que se trata de un caso acomodado, más que de una investigación abierta.

4) Una manipulación cultural que desdibuja el terreno

Nos parece grave el uso de referencias a creencias mapuches en un contexto geográfico que corresponde al pueblo kawésqar. No se trata de un detalle anecdótico: es un error conceptual que refleja improvisación y acomodo narrativo. Cada pueblo originario posee su propia cosmovisión y situar uno en el territorio de otro es no solo un desliz antropológico, sino también una falta de respeto. Si se quiere recurrir a cosmovisiones indígenas, estas deben ser documentadas por especialistas y en su contexto cultural real.

5) La evidencia visual: la gran ausente

La negativa persistente a entregar acceso a las fotografías originales es, para nosotros, el punto más grave. Sin archivos RAW, sin metadatos EXIF, sin cadena de custodia y sin versiones originales sin compresión, cualquier análisis forense es imposible. No somos los únicos que hemos solicitado estas imágenes sin respuesta: el silencio sistemático demuestra que no hay voluntad de someter el caso a revisión independiente. Mientras no se liberen los insumos básicos, hablar de “ciencia” es una contradicción insalvable.

6) Publicidad y sensacionalismo como motor

Lo que queda, entonces, es el envoltorio mediático. La narrativa está diseñada para impactar, no para esclarecer. Esta estrategia genera visibilidad inmediata, pero mina el campo a largo plazo: convierte la investigación ovni en espectáculo y arrastra a instituciones que deberían velar por su prestigio académico. El misterio vendido como ciencia no ilumina; solo confunde y debilita.

 




Recomendaciones mínimas para la transparencia:

1.    Publicación íntegra de toda la evidencia visual y documental.

2.    Declaración clara de la cadena de custodia del material.

3.    Acceso completo a los informes que sustentan el caso.

4.    Revisión independiente por expertos externos.

5.    Contextualización antropológica adecuada y documentada.

6.    Declaración explícita de que no existen conflictos de intereses.

Lamentablemente, todo esto está ausente en el contenido de la cápsula audiovisual.

 

Imagen: Canal Investigadores en youtube

El deber de la evidencia

No se trata de clausurar la discusión sobre el misterio, sino de elevarla al nivel que merece. Si se aspira a hablar de ciencia, entonces deben cumplirse mínimos de transparencia y reproducibilidad. Mientras se sigan ocultando datos primarios y acomodando narrativas, este tipo de cápsulas no serán investigación: serán publicidad disfrazada de rigor. Y si detrás de esta opacidad hay intereses creados, no estamos ante un hallazgo, sino ante un espejismo cuidadosamente empaquetado.

Video del cual trata este articulo: 

Canal investigadores

 https://www.youtube.com/watch?v=7DPVyCU_AeA







Fuentes:

https://www.youtube.com/watch?v=7DPVyCU_AeA

Imagenes: UmagTV






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